
En Cloe, gran ciudad, las personas que pasan por las calles
no se conocen. Al verse imaginan mil cosas las unas de las otras,
los encuentros que podrían ocurrir entre ellas, las conversaciones,
las sorpresas, las caricias, los mordiscos. Pero nadie saluda a nadie,
las miradas se cruzan un segundo y después huyen, buscan otras miradas,
no se detienen.
Italo Calvino - Las Ciudades Invisibles
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